11/11/09

EVANGELIO DÍA MIERCOLES XXXII --TEXTO (Lc 17, 11-19)
En aquel tiempo, yendo Jesús de camino a Jerusalén, pasaba por los confines entre Samaría y Galilea, y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia y, levantando la voz, dijeron: ¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros! Al verlos, les dijo: Id y presentaos a los sacerdotes. Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios. Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano. Tomó la palabra Jesús y dijo: ¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate y vete; tu fe te ha salvado. PALABRA DEL SEÑOR --------------------------------------------------------------
Amado Jesús, leyéndote a Ti hoy en el Evangelio, quiero hacer de este día y de todos mis días una inmensa acción de gracias a tu Sagrado Nombre, y en forma muy particular, darte las gracias Señor por el bello regalo: de la visita -ayer- de jóvenes confirmantes de mi parroquia, que me llenaron el corazón, con sus cantos, y con sus palabras. Así como gracias Señor por la bontà sin fronteras para mi hogar, de personas tan cercanas a mí . Gracias Señor! y como aquel leproso curado quiero decirte: Gloria a Ti Señor Jesús!



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